Pensamientos
Artículos y textos extraños destilados de mis vivencias y aficiones
La primera vez que escribí uno de estos fue para intentar expresar a gente que entonces me era cercana la terrible experiencia que estaba siendo ser yo, porque no tenía ni idea de cómo expresarlo cara a cara. No se me dio mal y el por entonces mi psicologo me animó a seguir haciéndolo. He aquí un puñado de articulos, textos, reflexiones y... cosas? que me gustaría compartir con aquellos que de alguna forma habeis llegado aqui. Un pedacito de mi, supongo.
Sobre el radiotelescopio de Arecibo, y la pena que me dió cuando colapsó, 2022
Una vez el ser humano soñó con leer el espacio inconmensurable que tenemos tras nuestra atmósfera. Fue en un momento donde reinaba en el mundo el violento silencio de la Guerra Fría, y donde todo proyecto de investigación estaba influenciado tanto por el anhelo del avance científico de la era nuclear como por la triste estampa que susodicho progreso había dejado en dos ciudades japonesas al final de la Segunda Guerra Mundial. Esta es la historia del radiotelescopio de Arecibo.
Para empezar, debemos primero ponernos en el contexto de un mundo dividido en los dos bloques que habían quedado tras la guerra fría. Aunque el fascismo no había desaparecido por completo del mundo, su amenaza en el panorama internacional había sido reemplazada por el de un conflicto entre el bloque dominado por la influencia soviética y el dominado por los Estados Unidos. Donde el resto de países no eran más que fichas en un juego de ajedrez que se jugaba fuera de casa, en Corea o Vietnam. Y donde la sombra del infierno nuclear aparecía cada día en cada periódico y cada conversación. Donde un misil podía suponer un punto final para una ciudad y para millones de vidas en un resplandor de uranio enriquecido.
No podemos ignorar el hecho de que fuera la ciencia, y más concretamente los avances en la física, los que permitieron llegar a este nivel de desarrollo en las herramientas de destrucción masiva. El avance ahora estaba ahora sujeto a la voluntad de generales. Primero vendrían los desarrollos en armamento, dejando a un segundo plano la mejora de la calidad de vida y la curiosidad científica.
En este contexto, nació la necesidad de frenar los ataques del enemigo. Aquí aparecen los proyectos de misiles antibalísticos, con el propósito de interceptar cabezas nucleares antes de que toquen tierra. Pero para poder parar un objeto debemos conocer antes su trayectoria, el cómo va a interactuar con los radares y con el ambiente durante la reentrada en las capas inferiores de la atmósfera. Entra aquí la necesidad de comprender la ionosfera, y el nacimiento del proyecto que nos daría el radiotelescopio más grande de la época.
En el atolón de Kwajalein, en las islas Marshall, se situarían una serie de radares para fijar el rango del sistema de misiles antibalísticos, y que años más tarde evolucionarían en una de las cinco instalaciones usadas para controlar el sistema de posicionamiento global, más conocido por sus siglas en inglés, GPS. Y cerca de la ciudad de Arecibo, empezaría a principios de los años sesenta la construcción de un radiotelescopio de dimensiones nunca vistas.
Y en una enorme dolina, en las regiones kársticas de Puerto Rico, se empezó el proyecto de un reflector parabólico fijo de tamaño gargantuesco, como si de una antena de televisión enorme se tratara. El radiotelescopio se pensó con el doble objetivo de defensa militar y estudio científico, aunque debemos ser críticos y pensar que la financiación venía del departamento de defensa de los EEUU, al igual que el de la NASA. A pesar de eso, y suponiendo una victoria para la astronomía y astrofísica, además del encarecimiento del proyecto, se reformuló el diseño para quita la palabra “fijo”. El estudio del cielo requería de poder apuntar a diferentes puntos de la bóveda celeste, y así, se cambió la idea inicial de una enorme torre en el centro a un sistema de transmisión móvil, suspendido sobre el disco, que dotaba al receptor la habilidad de rotar, dando al radiotelescopio un campo de visión cónico de 40º alrededor del zenit local del cielo (es decir, entre -1 y 38 grados de declinación debido a la cercanía de Puerto Rico al trópico).
Con un diámetro final de 305 metros y un radio de curvatura de 265 metros, el domo esférico del radiotelescopio tenía aproximadamente 40000 m^2 de superficie, lo que en unidades charras equivale a más de 6 veces la plaza mayor de Salamanca. Y suspendido sobre el centro, observando todo el complejo a 150 metros de altura, el receptor, sujeto por 18 cables de acero que parten de tres enormes construidas alrededor de la estructura.
En noviembre de 1963 el enorme radiotelescopio empieza su estudio de la ionosfera. Y en menos de un año, en abril de 1964, las brillantes mentes que trabajaron en él nos dan la primera gran revelación científica: la corrección del periodo rotacional de Mercurio sobre su propio eje a 59 días terrestres, ¡29 días más corto de lo anteriormente pensado! Y no acaba ahí, también nos ayudó a comprender pequeños objetos de nuestro propio sistema, dándonos datos de precisión nunca antes vista de asteroides y cometas (primera detección por radar de un cometa en 1980, y primer modelado de un asteroide en 1989).
En 1974, este gigantesco ojo al universo fue remodelado, abandonando poco a poco la influencia militar, lo que se consolidó cuando fue aprovechado ese año para mandar un código a las estrellas (más concretamente al cúmulo globular Messier 13) escrita por Frank Drake, genial científico conocido por fundar el proyecto SETI y la ecuación de Drake, con ayuda de Carl Sagan, maestro de la divulgación científica que todos recordamos por Cosmos, y por ser el responsable de la foto del pálido punto azul. Este código al universo es el famoso mensaje de Arecibo, un “Encantado, estamos aquí” de parte de la humanidad a cualquiera más allá de la heliopausa que se esté preguntando si está sólo.
Esta maravilla de la ingeniería perduró hasta el 2011 dándonos brillantes datos sobre el espacio profundo. Desde el periodo de numerosos púlsares como el situado en el centro la Nebulosa del Cangrejo (Messier 1) en 1968, como la confirmación de la existencia de las estrellas de neutrones y el descubrimiento de sistemas de púlsares binarios en 1974, que fueron usados para demostrar con colosal precisión la relatividad general (nobel de física de 1993). Y si el pulsar del cangrejo nos parecía rápido rotando ≈30 veces por segundo, el primer pulsar llamado “de milisegundo” fue descubierto en 1982 en la constelación de Vulpécula rotando 642 veces por segundo. Pero fue en 1994 cuando la comunidad científica quedó boquiabierta cuando el descubrimiento de un pulsar en la constelación de Virgo nos llevó al descubrimiento de los tres primeros planetas extrasolares.
A partir del 2001, con ya 39 años de funcionamiento a su espalda, las funciones de nuestro protagonista empezaron a decrecer. En 2006 la NASA elimino su soporte al radar planetario y en 2008 redujo en más de la mitad su inversión en el proyecto. Aunque fondos adicionales fueron añadidos, esto marcó el comienzo del declive del radiotelescopio. Ese mismo año, el titan nos dio otra esperanza de saber que no estamos solos al encontrar moléculas prebióticas en Apr 220, una colisión de dos galaxias en proceso de fusionarse. En 2011, con ya un muy reducido presupuesto, nos ayudó a entender mejor los límites de lo que define una estrella al detectar señales de radio de una enana marrón tipo T (enanas marrones, es decir estrellas fallidas, demasiado frías para llevar a cabo el proceso de fusión en su núcleo).
A pesar de la búsqueda de la conservación del telescopio por parte de la comunidad científica, en 2015 y 2016 empezaron a asaltar las dudas sobre si ya era hora de clausurarlo, debido al estado deteriorado del telescopio, la falta de presupuesto para mantenerlo y la aparición de instrumentos más novedosos que amenazaban con reemplazarlo. Durante la década de 2010 su estado fue empeorando por diversas tormentas, que, sin la capacidad real de repararlo, culminaron con la caída de un cable de transmisión durante el huracán María en 2017. Los daños acumulados, sumado a periodos de negligencia en el mantenimiento ya desde 1997, llevaron al colapso de uno de los cables auxiliares en agosto del 2020. Ante esto, se creó un fondo de rescate para reemplazar los 6 cables auxiliares, pero antes de que se empezara la restauración, en noviembre del 2020, uno de los dos cables principales de una de las torres se rompió, ante lo cual se decidió el desmantelamiento del este enorme contribuyente a nuestro conocimiento científico. Antes de que esto se llevara a cabo, sin embargo, el 1 de diciembre los cables del receptor empezaron a soltarse y el segundo cable principal de la torre 4 se soltó, dejando caer hacia el vacío al receptor central. El receptor golpeó desde sus 150 metros de altura el disco principal de forma violenta, arrastrando con él la torre y los vértices superiores de las otras dos por la enorme tensión soportada. Otra de las torres daño parte del complejo científico circundante al caer, aunque por suerte no dejó ningún herido.
Los tres petabytes de información recogida desde los 60 fueron llevados a la universidad de Texas, y el gobierno puertorriqueño dio su compromiso de mantener el sitio por su importancia científica e histórica innegable. Este enorme disco junto con su plataforma suspendida estuvo en total 58 años en funcionamiento. En el 2021 hubiéramos celebrado su 60 aniversario. Este magnífico instrumento pasó de buscar parar misiles de la URSS a mostrarnos las maravillas del universo escondidas en radiofrecuencia. A soñar con estrellas de neutrones girando a velocidades imposibles. A maravillarnos con la posibilidad de que quizá haya alguien más allá de nuestro pálido punto azul, quizá con su propio Arecibo, esperando una respuesta. A poder recuperar la ciencia de las manos de la militarización. Este disco que nos inspiró a soñar con los límites del universo observable no debe ser olvidado. Ni él, ni a nadie del brillante personal que permitió su funcionamiento durante muchos años más de los previstos y los avances que se lograron.
Esto, en el fondo, es una carta de amor a esos lugares y objetos que han cambiado la forma de la que veo el universo, y los cuales hemos perdido. Ni el gigante de Arecibo, ni otros como los exploradores marcianos Spirit y Opportunity, o las sondas Pioneer 11 y 12 deben caer en el olvido, pues nos ayudaron a expandir nuestras fronteras del conocimiento.
Antes de finalizar, para dar un poco de esperanza sobré qué pasará con los restos del radiotelescopio y el lugar donde residía, decir que partes de él se han salvado y se planean preservar, y que existe una propuesta de un conjunto de radiotelescopios que se situarán en el mismo lugar cuya acción conjunta podría contar con 4 veces la potencia de nuestro viejo amigo, dos veces su precisión y 500 veces su campo de visión.
Hasta entonces, sigamos soñando con los misterios del cielo, y el descubrimiento de lo inconmensurable.
Sobre un amigo que perdí, 2022
Mañana los hornos de las panaderías ya estarán calientes cuando rompa el alba. Mañana miles de personas cruzaran el mismo paso de cebra que cruzan todos los días. Mañana alguien mirará al cielo y verá miles de estrellas. Mañana tú continuarás con tu rutina, o iniciarás una nueva. Mañana por primera vez un recién nacido verá la cara de su madre. Mañana la vida continuará, como siempre lo ha hecho, con tragedias y comedias, con dramas y con la seguridad que pasado mañana también amanecerá.
La continuidad del día a día es algo que simplemente asumimos que se va a perpetuar. Que mañana siempre existe, y que todas las cosas que damos por hecho van a seguir ahí para siempre. Quizá con el paso del tiempo cambien, pero serán reemplazadas por otras cosas que veamos como nuevos para siempres.
Y, sin embargo, sabemos en el fondo que la eternidad no existe. Que no hay nada que dure verdaderamente un tiempo ilimitado. No en vida. Lo que sí nos resulta cotidiano es el nunca. La negación, que algo no es que simplemente no se perpetúe, sino que no volverá a ocurrir. No existirá otra instancia de ello nunca más.
En 1987 en la isla de Kauaʻi, en el archipiélago hawaiano, alguien escuchó a un pájaro macho de la especie de ʻōʻō de Kauaʻi, el último de su especie, de su género y de la familia de los mohoidae, llamar a una potencial pareja. Este canto fue grabado, y podemos escuchar como la llamada del macho se repite varias veces, dejando espacio entre medias a una contestación de una hembra que nunca responde. Ese mismo año se declaró extinto. Nunca más nadie oiría ese canto fuera de una grabación, que, sin embargo, en algún momento se pensó cotidiana, y que seguiría dentro del diverso coro de pájaros en la isla para siempre.
Para las personas que han vivido estos para siempres convertidos en nuncas es difícil aceptar el fin de una cosa, especialmente cuando resulta repentina. Te sigue extrañando de vez en cuando ver el vacío que ha dejado algo cotidiano, aunque no te gustase. Era parte de tu mundo, de las cosas que dabas por hecho. Y ya no está. Es curioso como el siempre a pesar de ser imposible es más fácil de aceptar que el nunca, que forma parte de la vida de todo ser humano.
Mañana saldré con mis amigos. Nos veremos seguramente en los bancos que hay al lado de la iglesia de San José, justo debajo del paseo peatonal. Quizá nos acerquemos a comprar algo a confeti, y Pedro se entretenga hablando con el encargado mientras yo doy 100 vueltas por la tienda intentando llenar una bolsa de chucherías por el valor de un euro justo, intentando evitar la repetición para llenarme la boca de una variedad de azúcares. Según volvamos a los bancos, veremos a los amigos que se han quedado allí hablando. Quizá Mangel ya haya llegado, siempre tarde, y esté tomando una bebida energética comprada en el chino de la esquina mientras hablan de league of legends con Lorenzo.
Pero la verdad, es que confeti lleva un año cerrado. Desconozco qué motivó a echar el cierre, con los años que se había mantenido ahí. Pero primero se cambió a un local enfrente más pequeño, y luego, mientras yo estaba en Salamanca, cerró. Nunca más volveríamos a pedirle a Carlos, el dueño, que nos abriera con las tijeras un polo-flash en verano.
Esa tienda era algo que había dado por hecho, algo que asumí inconscientemente que seguiría ahí para siempre. Porque llevaba yendo desde que empecé a salir con mis amigos del instituto por el barrio, hace 10 años. No había pasado por la tienda seguramente en los últimos 3 o 4, pero, simplemente, asumí que seguiría ahí.
También desde hace 10 años conozco a Lorenzo, a Loren. También pensé que siempre seguiría escuchando sus carcajadas tan reconocibles. Que me seguiría llamando Panchisco. Que seguiría hablándome de las novedades de los juegos online que jugábamos en común durante la ESO, que yo ya había cambiado por otros, pero de los que me seguía gustando oír hablar a mis amigos. Y, sin embargo, el día 1 del pasado noviembre le habíamos enterrado.
A la 1:30 de la mañana del día anterior nos habíamos reído juntos porque, entre otras cosas, trajo un licor muy fuerte, y vimos como algún amigo haciéndose el duro lo intentaba beber a palo seco. Ese mismo licor también nos lo ofreció su padre en una comida que se celebró en su honor tras el entierro.
A las 22:13 del día 30, antes de quedar para beber, me mandó un audio, que no llegué a contestarle, metiéndome prisa para reunirme con ellos. Reproducirlo una y otra vez es la única forma que puedo volver a escuchar su voz. Nunca más volvería a escuchar, fuera de una grabación, esa voz que durante tanto tiempo me fue cotidiana, y que pensé que seguiría oyendo por los bancos que hay al lado de la iglesia de San José, justo debajo del paseo peatonal.
Y es que, mañana los hornos de las panaderías ya estarán calientes cuando rompa el alba. Mañana miles de personas cruzaran el mismo paso de cebra que cruzan todos los días. Mañana alguien mirará al cielo y verá miles de estrellas
Pero entonces el cuervo dirá: "¡Nunca más!", y nos recordará desde el pálido busto de Pallas la pérdida, la fragilidad de las cosas que damos por hecho, y cómo puede desvanecerse de nuestro mundo lo que amamos dejando tras de sí un vacío inconmensurable.
Mi amigo ya no está, y el mundo es un poco peor.
Sobre estar triste y hacerse daño, 07/2025
TW: depresión e ideaciones suicidas
Hay en momentos en los que te sientes que no eres capaz de seguir adelante, de afrontar a otras personas, de la cotidianeidad que has vivido antes, de vivir. Que el dolor y la desesperanza te han consumido por completo como un lodo que te cubre y te asfixia, como plomos en los bolsillos que te hunden en el agua, como una estática en el cerebro que no te permite del todo ser tu. Al menos es como me he estado sintiendo a intervalos los ultimos 6 o 7 años.
Este sentimiendo, si no lo combates arduamente, dia a dia, minuto a minuto, acaba formando una niebla maligna y oscura que te empantana la mente de una forma terrible. Y te susurra que esto puede dejar de doler. Te dice que hay una solucion muy sencilla, que la tienes al alcance de tu mano.
Al principio, la rechazas. Viene y choca como un deportivo a 200km/h contra tu cabeza y te espanta. Pero cada vez se va normalizando. Se mezcla entre los otros pensamientos y se hace fuerte cuando algo te sale mal, o cuando estas tumbado en la cama mirando al techo intoxicado de apatía y tristeza. Te susurra dulcemente y te da una salida. Y empieza a convencerte.
Poco a poco va calando en tu cabeza como una solución valida, tal que la vas alimentando. Le vas dando la razón durante los peores ratos y va calando y cuando te quieres dar cuenta empiezas a formular una idea contreta. Dejarlo todo recogido, las contraseñas escritas, los papeles ordenados. Que cuando tengan que recoger tus cosas al menos les sea fácil.
Y vas formando un plan, barajando opciones. Uso esto, voy a este sitio. Hago esto y lo otro antes, dejo algo por escrito.
El 13 de diciembre de 2021 me intenté suicidar. Cambié de idea a ultima hora, obviamente. Fui a urgencias y me trataron bastante bien. Me tuvieron ingresado unos dias en el pasillo de psiquiatría (una historia quizá para otro momento), me hicieron pruebas y me metieron antidepres como para tumbar un caballo. Así consegui mi desvenlafaxina y mi diagnostico de trastorno depresivo mayor. Ambos aun los mantengo casi 4 años después.
Otra vez, durante este año, he vuelto a tenerlos. Los he tenido antes desde entonces, pero no tan fuertes. Primero como pensamientos que se colaban sutilmente en el fondo. Luego como algo casi normal que aparecia 3 o 4 veces al día en mi cabeza. Luego no se despejaban por horas. Planes y acciones precisas que se generan como alternativas viables a la vida, a seguir sufriendo en un pozo del que me veo arquitecto. Y te seduce, te coje de la mano y de dice algo que sabes, que una vez lo hagas ¡POLF!, nada más. Se acabo. Caput. Ni dolor, ni sufrimiento, ni apatía. No tener que luchar contra ti mismo para levantarse de la cama todos los dias, en una batalla desalentadora que a veces pierdes. Poder acabar con los ataques de ansiedad y de pánico, el terror que me viene cuando sientes que la has cagado y que tu vida irremediablemente va a salir mal, que vas a perder a todos tus amigos porque ya de por sí apenas te toleran, etc.
Asi que intentas ser fuerte. No lo puedes permitir, que te lleven otra vez, combatirlos. Pero ser fuerte es tán dificil...
Vienen como un tsunami, inundando todo. Una cantidad masiva de cieno que se lleva cualquier otra cosa por delante, cualquier otro pensamiento, plan, o ganas de hacer algo. Lo arrastra y tergiversa para darse a si mismo la razon. Y te deja abajo, sumergido en desesperanza, apatía, miedo y dolor. Asi que le das la razón. No hay nada que hacer, así que MATATE, ACABA CON ESTO, DEJA DE SUFRIR, ABRETE LAS VENAS, PARA DE ESTORBARLES, RÓMPETE EL CUELLO, ESTAS MALGASTANDO TIEMPO Y RECURSOS DE LOS DEMÁS, DÉJATE CAER, SABES MUY BIEN LA SOLUCIÓN, PARA TODO ESTO, HAZME CASO, HAZLO.
Como un martillo pilón, una y otra y otra y otra vez. Y los medicamentos ya no hacen nada. Pero no quieres más porque te ponen una estática en el cerebro y no los quieres. Y los ansiolíticos te dejan grogui y no los quieres tampoco. Ya no sirve pasear porque te persiguen por la calle. Estar con amigos vale de poco porque están detrás tuya, amplificando gestos inocentes, malinterpretándolos para hacerte ver que no te quieren ahí. Echarte de tu vida.
Obviamente, aunque los he descrito antes así estos pensamientos no son malevolos. No son más que fruto de una percepción distorsionada de la realidad que nuestra cabeza crea. Lamentablemente, somos muy vulnerables a nuestros propios pensamientos. Porque los hace nuestra cabecita, y le encanta tener razón.
Y si hay esperanza. Desde hace casi 4 años he estado enfrentándome a ellos. No he cedido en ninguna de esas ideaciones, y no he actuado y preparado nada, a diferencia de aquella vez. Tengo la suerte de tener un entorno que me ayuda a combatir estas cosas. Amigos, familia, gente por la que merece la pena.
También cosas pequeñitas que me dan ganas de seguir adelante. Alguna cancion increible, cielos capaces de sin querer son capaces de decir más con sus luces y reflejos que mil millones de poesías. La incomparable belleza natural. Y mi gatita. Cosas cálidas, amables. Cosas chiquititas que te dicen ¡aún hay más!. Arañitas, coleópteros y estrellas binarias. Galaxias, batidos con amigos, cafés inolvidables. Noches de tonterías, libros y peliculas que te hacen sentir cosas maravillosas. Conversaciones, kebabs en compañía, paseos por un parque y abrazos cálidos con gente que te quiere.
Es verdaderamente un canto de sirenas, lo que te hace. No hay remedio sencillo, y ya me dijo una maravillosa psiquiatra que esto es para toda la vida. Pero se sobrevive. Por eso muchas veces le respondo así a la gente: sobreviviendo. Para mi no es decir que las cosas estan regular y esoty tirando. Es una declaración de que sigo aquí, a pesar de todo.
Quería acabar diciendo un par de cosas que a mi me han sevido, por si tú, camarada que me lée, has pasado por algo similar:
Medita, no para relajarte o conectar con el tercer ojo (yo no soy nada espiritual, he de admitir), si no para aprender a gestionar tus pensamientos, reconocer que están ahi, si te sirven o no, y a dejarlos ir y no engancharse en ellos. Aqui aprendí yo: Meditaciones guiadas grupo ACTt
Escribe, pinta o algo creativo. Llevar cada vez que estudiaba mi diario para escribir y desahogarme. Soltar un poquillo de presión.
No te aisles. Esto para mí es importantísimo, porque cuando me deprimo tiendo a hacerlo. Me meto en mi agujero a intentar pasar el dolor solo y ¡sorpresa! no funciona. La de veces que quedar con un amigue ha mantenido a raya al bicho de mi cabeza y potencialmente salvado la vida son ya un puñado.
Habla de ello. Busca un lugar seguro para contárselo a otra persona, preferiblemente a un profesional de la salud mental. Pero como pueden ser caros y dificiles de dar con uno con el que conectar, un amigo de confianza puede servir.
Algo de ejercicio. No hace falta el gym, simplemente salir a andar a un ritmo medianamente rápido hace maravillas. Si es por la naturaleza mejor que mejor. No te olvides que somos fundamentalmente monos y necesitamos luz, aire y ejercicio.
Que no te dejen de importar las cosas. En serio, una de las formas más terribles en las que me he acabado deslizando al pozo es cuando la apatía ha ganado y me ha dado todo igual. Ama incondicionalmente y bien fuerte, y que no te deje de importar. Es un arma verdaderamente afiladad contra los males.
Quizá estoy escribiendo todo esto para mí, para cuando me vuelva a sentir así al recorres la montaña rusa de la salud mental, y ver que ya he atravesado y sobrevivido a estos cienos. Quizá es un poco absurdo escribir esto en una pagina donde casi todo lo que tendo pensado subir son fotos de bichos y otras tonterías. Pero quería hacerlo.
Gracias por leer y que tengas un maravilloso día.
Sobre la apatía, 08/2025
TW: depresión e ideaciones suicidas
Me despierto. Miro el teléfono y veo que ya es un poco más tarde de lo que me suelo levantar. No he visto la alarma, o no me ha sonado. Se instaura de forma silenciosa en mi
Gracias por leer.